Ampliar la cobertura de la educación debe considerarse como un objetivo primordial. Para lograrlo, es importante renovar los espacios existentes y construir nueva infraestructura. Está comprobado que el rendimiento de los estudiantes está directamente relacionado con los entornos donde realizan las actividades académicas.
Aunque pueda parecer obvio, colegios, universidades y todo tipo de instituciones educativas deberían ser lugares donde estudiantes, docentes, personas de apoyo, se sientan seguros. Teniendo en cuenta que la construcción de este tipo de equipamientos no es un recurso menor, es necesario que se desarrollen estructuras duraderas y resistentes que cumplan normativas y estén preparadas para enfrentar y mitigar el impacto de posibles desastres naturales, vandalismo u otros.
Sin duda unos de los actores más importantes dentro del proceso pedagógico, son los docentes. Pensar en la calidad de la educación incluye óptimos ambientes de trabajo dedicados a estas personas que promueven sus esfuerzos por la enseñanza. Salones de descanso y de trabajo adecuados para llevar a cabo su labor deben sobrepasar los requisitos mínimos que cualquier espacio debe cumplir para ser habitable y lograr el bienestar integral.
Crear escenarios llamativos sin generar distracciones constantes, todo se trata de lograr un equilibrio. La influencia de los colores en las aulas repercute también los estados de ánimo, el rendimiento y las emociones. Es preciso que se destine en cada una de estas, un color de acuerdo con la edad de los estudiantes y el tipo de experiencia educativa que se pretenda generar.
Si bien el salón de clase es por excelencia el escenario asociado a la educación, es ideal construir espacios que cambien la dinámica tradicional, donde se vivan nuevas experiencias, se fomente la comunicación, se desarrolle la creatividad y el pensamiento colaborativo.
Como en cualquier otro espacio hay 4 factores esenciales para llevar a cabo y de manera óptima una actividad, encontramos la temperatura, la iluminación, la calidad de aire y la acústica como elementos indispensables del confort. Los cuales integrados a los estándares arquitectónicos, transformarán la generación del conocimiento.
De nosotros depende el futuro del mundo porque “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo” – Nelson Mandela.
Ampliar la cobertura de la educación debe considerarse como un objetivo primordial. Para lograrlo, es importante renovar los espacios existentes y construir nueva infraestructura. Está comprobado que el rendimiento de los estudiantes está directamente relacionado con los entornos donde realizan las actividades académicas.
Aunque pueda parecer obvio, colegios, universidades y todo tipo de instituciones educativas deberían ser lugares donde estudiantes, docentes, personas de apoyo, se sientan seguros. Teniendo en cuenta que la construcción de este tipo de equipamientos no es un recurso menor, es necesario que se desarrollen estructuras duraderas y resistentes que cumplan normativas y estén preparadas para enfrentar y mitigar el impacto de posibles desastres naturales, vandalismo u otros.
Sin duda unos de los actores más importantes dentro del proceso pedagógico, son los docentes. Pensar en la calidad de la educación incluye óptimos ambientes de trabajo dedicados a estas personas que promueven sus esfuerzos por la enseñanza. Salones de descanso y de trabajo adecuados para llevar a cabo su labor deben sobrepasar los requisitos mínimos que cualquier espacio debe cumplir para ser habitable y lograr el bienestar integral.
Crear escenarios llamativos sin generar distracciones constantes, todo se trata de lograr un equilibrio. La influencia de los colores en las aulas repercute también los estados de ánimo, el rendimiento y las emociones. Es preciso que se destine en cada una de estas, un color de acuerdo con la edad de los estudiantes y el tipo de experiencia educativa que se pretenda generar.
Si bien el salón de clase es por excelencia el escenario asociado a la educación, es ideal construir espacios que cambien la dinámica tradicional, donde se vivan nuevas experiencias, se fomente la comunicación, se desarrolle la creatividad y el pensamiento colaborativo.
Como en cualquier otro espacio hay 4 factores esenciales para llevar a cabo y de manera óptima una actividad, encontramos la temperatura, la iluminación, la calidad de aire y la acústica como elementos indispensables del confort. Los cuales integrados a los estándares arquitectónicos, transformarán la generación del conocimiento.
De nosotros depende el futuro del mundo porque “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo” – Nelson Mandela.